7 días en Finlandia

Andrés H.
3 min readJan 19, 2019

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El medio día del 12 de Enero de 2019 aterrice por primera vez en Finlandia. En el aeropuerto de Helsinki tome un taxi que me condujo a hasta el AirBnB donde pasaría 2 noches antes de mudarme a mi habitación de estudiante en la parte oriental de Helsinki.

Edficio Exactum en Kumpula Campus

Esta ultima semana aclare mi situación de estudiante y tome mi primera clase en la Universidad de Helsinki, como estudiante del programa de maestría en ciencia de datos. A continuación apuntare algunos de los hechos mas interesantes que me encontré a lo largo de mis primeros 7 días de vivir en la nación del heavy metal y el sauna.

Lo primero es sin dudas el tema del frio y el invierno. Enero es por lo general el mes mas frio del año y las caídas de nieve son comunes. Ante esto estaba muy poco preparado y los primeros días, en los que la temperatura llego a bajar a -10 grados, fueron difíciles con mis ropajes del trópico. Sin embargo no es nada que un buen abrigo, guantes, gorro y bufanda no puedan solucionar. No existen malos climas, sino gente mal preparada.

La gente ha sido muy amable y han mostrado toda su disposición de ayudar de la mejor manera que puedan. Esto ha sido valido en tiendas de ropa,supermercados y sobre todo en la Universidad, donde mi llegada casi un semestre después de iniciado el programa no ha sido un problema y el director del programa ha mostrado todo su interés en mi situación en particular y como ayudarme. Puede que tengan fama de tímidos y reservados, pero en general los finlandeses se han mostrado muy agradables. Incluso un amable anciano me presto su bienvenida en una parada de autobús.

El transporte público estaba agujereando mis finanzas, 3.20 euros por un tiquete de bus con transbordos validos por una hora, significaba que la mayoría de días estaba gastando más de 6.40 euros en solo transporte. Un ultraje al bolsillo del estudiante. Afortunadamente esta situación se solucionó con mi tarjeta de estudiante de forma que por 25e puedo moverme todo un mes entre buses, metros y tranvías en la región de Helsinki.

Llegar de Bogotá y ver un sistema de transporte público que funciona de forma eficiente es un gran alivio para el corazón. El área metropolitana de Helsinki tiene unos 1.4 millones de habitantes, así que todo esta menos lleno que en la vieja Bogotá.

Me ha llamado la atención la gran cantidad de máquinas tragamonedas. Cada supermercado tiene a su salida máquinas y siempre han gente jugando ( gente de todas las edades )

El lenguaje no es una barrera y el inglés es suficiente para defenderse de las situaciones de la vida cotidiana, tal vez la parte donde es necesario un poco de finlandés básico, es a la hora de hacer compras de supermercado. Maito leche, munat huevos, leipa pan …

El frio parece intimidante, el idioma también. Pero hay café caliente y manos dispuestas a ayudar.

Creo que serán unos buenos dos años.

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