Severance: Trabajo en el siglo XXI
Algunas ideas sobre alienación y trabajos modernos.
Severance es un brillante thriller del 2022. Producida por Apple TV, sorprendió audiencias con su cinematografía, planos y guion. También es destacable la sencillez de sus protagonistas, oficinistas zombies cuyos cerebros han sido permanentemente alterados para servir a la todopoderosa corporación Lumon.
Bueno, quizás esa caracterización no es la más precisa. Los trabajadores de la corporación Lumon no son zombies — Por lo menos en el sentido usual de la palabra — La premisa central de Severance, es la existencia de un procedimiento médico que permite a los empleados de Lumon, separar su memoria en dos. Una vez abandonan su puesto de trabajo, no tendrán recuerdos de lo que ocurrió en las horas laborales, y viceversa; una vez en la oficina las personas no tendrán acceso a ninguna memoria o recuerdo de lo que hay en el mundo exterior.
La escena inicial de la serie, nos enseña al personaje de Helly, despertando del proceso médico y confrontada con un cuestionario de preguntas básicas que le resultan imposibles de responder; su propio nombre, el estado donde nació, el color de los ojos de su madre. La respuesta negativa a todas las preguntas le indica al entrevistador, que el procedimiento ha sido un éxito, para todos los propósitos este es el momento en el que Helly comienza a vivir.
La premisa simple invita a la audiencia a la pregunta evidente ¿Lo harías? ¿Estarías dispuesto a someterte a un proceso permanente de separación de memorias? ¿A no tener nunca que pensar en el trabajo fuera del trabajo o de igual forma, dejar que los problemas del hogar afecten tu vida profesional? 8 horas de tu vida al día a cambio de que las otras 16 sean libres y felices
La respuesta que suele dar la gente es, por lo menos en un inicio, afirmativa. Lo cierto es que es imposible negar que hay un elemento seductor en la idea. Lamentablemente, esta no es la primera vez que nos hacen esta promesa.
A lo largo de la serie, mientras vamos siguiendo la trama de los personajes y misterios que rodean a Lumon, se va mostrando como la vida fuera de la corporación, no se corresponde con la promesa de una vida satisfactoria y bien llevada. La vida afuera de Lumon es fría y sin colores. La cinematografía nos informa de lo lúgubre de la vida de Mark Scout — Personaje principal de la serie — la vida de Mark tiene una iluminación que podríamos llamar de hospital o de morgue. Mark accedió al procedimiento a manera de escape, luego de varios años de tratar de sobrellevar la muerte de su esposa. Incapaz de lidiar con el dolor de otra forma, accedió a sencillamente apagar su cerebro por 8 horas al día y escapar.
La historia y el misterio que rodean Lumon es exacerbado por las extrañas condiciones laborales y el trabajo que Mark y los otros miembros del piso Seccionado realizan día a día. Buscando números en pequeñas pantallas de estética retro, siguiendo una serie de reglas y métodos poco comunes y más bien arbitrarios, que parecen fuera de lugar en un manual corporativo y más acorde a algún tipo de guía de un culto religioso. Lo que hace realmente la corporación Lumon, es un misterio y ese puede que sea precisamente el punto.
En 2013, el antropólogo David Graeber publico un pequeño ensayo titulado: On the Phenomenon of Bullshit Jobs: A Work Rant.
El ensayo causó un poco de revuelo en ciertos círculos, y disparo toda una serie de conversaciones y debates en torno al trabajo. El principal argumento del ensayo, es que, la gran mayoría de los trabajos modernos, son, para todos fines y propósitos, inútiles, innecesarios.
En ocasiones este tipo de crítica no es muy bien recibida y es fácil tomar los comentarios de Graeber de forma personal, aun cuando se trata más bien de una crítica al sistema en general. Graeber argumenta que las ideas neoliberales de que el libre mercado y el capitalismo crean los sistemas más eficientes, lejos de los lentos aparatos burocráticos de los gobiernos, son en realidad una mentira, y que esa burocracia estatal se traduce en trabajos sin sentido o finalidad alguna, todo un estrato de puestos de managers y “pequeños jefes” que está muy lejos de las promesas del eficiente mercado.
Las ideas de Graeber pueden parecer un poco difíciles de digerir desde el exterior, pero lo cierto es que el mismo fue sorprendido por la respuesta a su ensayo, y un número considerable de gente se acercó a él para aceptar el hecho de que tienen trabajos basura. Una larga lista de managers, de abogados corporativos y otros más, se fue acumulando en la lista de correo de Graeber, todos listos para admitir que tan poco relevante son sus trabajos a la final del día.
Nuevamente, vale la pena recordar que el punto de Graeber no es denigrar la labor de nadie o de ninguna profesión en particular, sino ir más allá y preguntarse, porque pasa esto, como es posible que exista toda una industria de trabajos basura que podrían desaparecer mañana y el mundo no notaria. Y como es esto posible dentro de las estructuras del capitalismo, que se precia de ser eficiente, de no gastar recursos, de ser el mejor sistema.
Para Graeber, esto no es un bug en el sistema, sino más bien una característica del mismo. El sistema requiere mantener a las personas ocupadas, en que, no importa, pero ocupadas, mantener su tiempo secuestrado y bajo el control de la empresa y lejos de ideas que puedan resultar dañinas a los intereses corporativos.
En el centro de las observaciones de Graeber y las andanzas de los personajes bajo el control de la corporación Lumon, está el concepto de alienación.
Dentro de teoría marxista y derivados, la alienación laboral juega un papel central y es una consecuencia directa de las formas de producción económica bajo el capitalismo. Los trabajadores son alienados, separados, Seccionados de los frutos de su trabajo, de múltiples formas y esto tiene como consecuencia profundas heridas psicológicas en la mente de los trabajadores.
Creo que aquí es puntal reflexionar sobre el tipo de trabajo que consideramos alienante o no. Existe una cierta tendencia a pensar que la labor física más demandante, o las tareas repetitivas ejecutadas en una línea de ensamblaje, son lo que mejor podrían caracterizarse como labores alienantes. Sin embargo, esta visión es cuanto menos incompleta. Un trabajo de oficina cualquiera puede serlo por igual, un trabajo como gerente o manager también, la única diferencia es que quizás el gerente puede comprar ropa más cara, o llegar al trabajo conduciendo un mejor carro. Llorar en una casa más grande.
Severance, en su brillante primera temporada, nos invita a observar esas ideas desde afuera. Observamos con aprensión como Mark y los demás pasan las horas pescando números misteriosos, mientras nosotros pasamos las nuestras tratando de determinar como despedirnos apropiadamente en un email. Mientras, a su vez, esta desconexión tan solo termina sirviendo los intereses de los que están en el poder.
Las grandes promesas de la liberación por medio del trabajo, la ética de trabajo protestante que sirvió de fundamento moral para el capitalismo y neoliberalismo, empiezan a derrumbarse bajo su propio peso conforme las ideas de liberación y libertad parecen más y más diluidas luego de experimentar crisis tras crisis en el sistema. El deplorable estado de nuestra relación con el trabajo y la falta de alternativas, terminan por juntarse para dar forma a la sociedad moderna, una sociedad que no dudaría en tomar la oportunidad, de apagar el cerebro ocho horas más al día.
